Infracciones de Hacienda: multas y sanciones
Si de algo sabe el Estado es de recaudar impuestos. Por eso no es de extrañar que, además de a las pertinentes declaraciones, los autónomos y las pymes deban enfrentarse a una vigilancia constante por parte del fisco. Cada movimiento económico debe quedar perfectamente registrado y justificado, y si no lo hacemos como debemos y además nos cazan, algo cada vez más ineludible, incurrimos en infracciones de Hacienda que derivan en multas y sanciones.
Existen distintos tipos de infracciones tributarias y, por tanto, también distintos castigos aplicables a quienes las cometen. Desde Quipu llevamos años intentando que no tengas que enfrentarte a ellas, al menos no por desconocimiento, así que si has llegado hasta aquí buscando saber más sobre el tema… ¡vamos a contarte todo lo que necesitas saber al respecto!
En este artículo aprenderás:
¿Qué se entiende por infracción tributaria?
Una infracción tributaria es lo que se produce cuando una persona, ya sea física o jurídica, no respeta una las normas previamente fijadas por Hacienda para poder desarrollar una actividad económica.
Los tributos, los impuestos, son cantidades de dinero que recaudamos con nuestras ventas, pero que no son para nosotros, sino que hay que entregar trimestralmente a la Agencia Tributaria. Esto hace que debamos registrar cada transacción económica y así poder justificar que la cantidad que estamos devolviendo al Estado es exactamente la que debería. Es decir, no basta con saber cómo hacer una factura paso a paso, sino que además hay que cumplir con todas las obligaciones que conlleva la obligación de tener que elaborar este tipo de documento.
Cualquier autónomo o empresario que sea cazado defraudando a Hacienda se enfrentará a posibles multas y sanciones cuya cuantía o gravedad irá en función de la naturaleza de la infracción así, que puede ser leve, grave o muy grave.
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¿Qué es una sanción de Hacienda y por qué se producen?
Hablamos de una sanción de Hacienda cuando el organismo público impone una multa económica a un autónomo o una empresa. Dicha sanción económica llega a raíz de una infracción tributaria que ha sido detectada por los técnicos de Hacienda y cuyo requerimiento ha sido notificada al afectado. Este, a su vez, habrá tenido la opción de alegar, llegando incluso a interponer varios tipos de recursos y reclamaciones de considerarlo oportuno.
Eso sí, si el resultado final de todo el proceso es una sanción de Hacienda, no quedará más remedio que hacerle frente en tiempo y forma para no tener que pagar además recargos y/o intereses de demora.
La ocultación de datos, hacer facturas falsas, usar a terceras personas con el objeto de intentar evadir impuestos o usar medios fraudulentos (como llevar una contabilidad B o no cumplir con las obligaciones contables) son hechos que conllevan una sanción de Hacienda con total seguridad.
Listado sanciones y multas de Hacienda
Tal y como ya hemos mencionado, las infracciones de Hacienda pueden ser catalogadas como leves, graves o muy graves, y aunque pueden conllevar el pago de un porcentaje de lo defraudado, e incluso el cese de una actividad laboral, lo más habitual es que tengan un coste fijo:
- Las multas de Hacienda leves suponen un coste de hasta 3.000 euros (sin ocultación de información) que puede significar hasta un 50% de lo defraudado.
- Las multas graves de la AEAT son superiores a 3.000 euros y deben sufragar el 100% de lo no declarado en su momento.
- En cuanto a las multas muy graves de la Agencia Tributaria, suponen el 150% del dinero que no se haya declarado.
En este último caso, existe ocultación de información deliberada por parte del declarante, y en caso de superar los 120.000 euros de fraude podrían llegar a suponer un delito fiscal en sí mismo.
Ahora bien, ¿cuáles son las sanciones de Hacienda más habituales y qué tipo de multa conllevan? ¡Lo vemos justo a continuación!
- No cumplir con el pago de impuestos en tiempo y forma. Eso sí, de regularizar nuestra autoliquidación sin necesidad de un aviso por parte de Hacienda, quedaremos liberados de multa.
- No entregar a tiempo las declaraciones y documentos pertinentes.
- Solicitar una devolución que no nos corresponde.
En estos casos, las multas de Hacienda irán en función de si el organismo público califica las infracciones como leves, graves o muy graves.
Solicitar indebidamente devoluciones está catalogado como infracción grave y, dependiendo del tipo de infracción, puede conllevar una multa proporcional de un 15% o bien una multa fija de 300 euros.
Por su parte, no presentar en plazo declaraciones o autoliquidaciones sin que ello suponga un daño económico a la AEAT, o que estas carezcan de elementos obligatorios como el domicilio fiscal, son infracciones leves que están penalizadas con multas económicas de entre 100 y 200 euros.
Principales recargos y reducciones en las sanciones de la Agencia Tributaria
Además de las multas y sanciones de Hacienda, que ya de por sí suponen un buen mordisco para nuestro bolsillo, es posible que también debamos hacer frente a recargos e intereses de demora generados por el retraso en los pagos de lo no declarado. Esto supone un mayor gasto para nuestras arcas, pero se trata de cantidades que hay que satisfacer si no queremos agravar los problemas con Hacienda.
Estos son los recargos más habituales a los que hay que hacer frente por retrasos en la presentación de declaraciones y autoliquidaciones:
- Un 5% de presentar un documento dentro de los tres meses siguientes a su fecha límite.
- El 10% si el plazo sobrepasa los tres meses y no supera los seis.
- En caso de estar el retraso entre los seis y los 12 meses desde la fecha obligatoria, el recargo asciende al 15%.
- Para retrasos de más de 12 meses, el recargo impuesto por Hacienda es del 20%.
Por suerte, además de recargos también existen reducciones. Esto es, si hacemos frente a una deuda con Hacienda de buen grado y dentro de determinados plazos de tiempo, es posible que, a pesar de tener que abonar una multa, podamos abaratar algo la cuantía final a la que nos enfrentaremos.
Las principales reducciones de Hacienda se deben a la conformidad, que supone una reducción del 30% sobre el importe total, y al pago, que supone un ahorro del 25% si no se recurre la sanción de Hacienda y se satisface dentro de los plazos impuestos por el organismo público.
Preguntas frecuentes a nuestros asesores:
En este apartado vamos a resolver las dudas más frecuentes sobre las sanciones de la AEAT a la mano de nuestros expertos, los asesores fiscales.
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La única forma de que una deuda con Hacienda prescriba es dejando pasar cuatro años desde el hecho punible y que durante ese tiempo no hayamos recibido ni un solo requerimiento al respecto. Eso sí, la Agencia Tributaria no es de dejar escapar una buena presa así como así, así que si eres consciente de que has hecho algo mal, te aconsejamos que hagas una declaración complementaria en la que lo regularices todo antes de que Hacienda te obligue, ¡te ahorrarás un buen dinero!
Las deudas con Hacienda pueden fraccionarse, pero la cantidad de cuotas y el tiempo durante el que deberemos satisfacerlas dependerá tanto de la cantidad que debamos como de las condiciones económicas de cada uno. El proceso de petición de fraccionamiento de deuda puede iniciarse en la sede electrónica de la AEAT, y será la propia Agencia Tributaria la que determine el máximo de plazos al que podemos optar. Ahora bien, el plazo máximo para deudas superiores a los 30.000 euros es de 36 meses, independientemente de si hablamos de una persona física o de una persona jurídica.